Esta obra autoencargo es la primera experiencia de construir con tierra de la arquitecta. La vivienda se divide en 2 cuerpos, el horizontal de barro (de las habitaciones), y el vertical de madera con el programa publico (living, comedor, cocina) que incluye un espacio de trabajo que se convertiría en la “Oficina Tierractual”, con acceso propio.

La estrategia consiste en crear un limite de privacidad con la casa que se sitúa en forma perpendicular al largo del terreno, con una fachada que se cierra hacia la calle y el frio del sur, contrastada con una fachada que se abre completamente hacia el norte, el patio de 36 árboles, las vistas y el sol. Se cuido especialmente la existencia de los árboles, su ubicación determino varios aspectos como: el árbol de bienvenida al acceso, el tamaño del patio divisorio, y el cobijo del sol para la Torre con el árbol mas alto del lugar.

Esta Obra estuvo expuesta en la XVII Bienal de arquitectura chilena, ha sido publicada en varios medios digitales alrededor del mundo, y en revistas nacionales y extranjeras como la holandesa Mark.